domingo, 23 de agosto de 2009

Sobreestimado, el fenómeno de la mariposa Monarca: Antonio Caro

La inversión en infraestructura y proyectos no redunda en el beneficio económico que se espera.

LA JORNADA MICHOACAN.
ÓSCAR VILLEDA ESQUIVEL (Corresponsal)

Ocampo, 22 de agosto.- El pasado 18 de noviembre, el ahora ex alcalde Juan Antonio Ixtláhuac Orihuela anunciaba durante el evento “Zitácuaro, capital del pías de la Monarca” que el gobierno municipal había iniciado la gestión para la apertura de un nuevo santuario en la localidad de San Andrés, perteneciente a la tenencia de Nicolás Romero, un área hasta el momento no autorizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Sin embargo, desde entonces y a la fecha la Dirección de Desarrollo Económico municipal no ha quitado el dedo del renglón, y recientemente gestionó ante la Secretaría Estatal de Turismo los cursos: Informador turístico, Manejo de grupos y Producción de alimentos a base de trucha arco íris con la finalidad de que la población de San Andrés brinde un servicio integral a los turistas que visitan la región, y que podrían incrementarse con la apertura de un santuario de la mariposa Monarca en esa localidad.

En este sentido, Héctor Velásquez Mendoza, subdirector de Fomento Económico, resaltó que dichos cursos se enfocan a lograr la capacitación de la población, toda vez que ellos le apuestan al turismo como herramienta para mejorar su calidad de vida; agregó, que con la apertura del santuario en el Cerro Pelón –San Andrés– gestionada por el Ayuntamiento y concensuada con los habitantes, se obtendrá “una gran derrama económica no sólo para el municipio, sino para la región”, e informó que se ha efectuado ante la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conap) el pago correspondiente para iniciar con el estudio de factibilidad, que a futuro redunde en su apertura.

Rosendo Antonio Caro Gómez, titular de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca (RBMM), puntualizó que hasta el momento no se ha tomado ninguna determinación en torno al punto, mismo que se encuentra en proceso de valoración, “creo que se le ha apostado mucho a que la alternativa de desarrollo para las comunidades sea abrir santuarios y no se ha dimensionado con precisión cuál es impacto real sobre la economía de la gente; es cierto, se le apuesta al ecoturismo, se hacen obras de infraestructura que pueden ser útiles durante la época de la hibernación, pero qué pasa cuando se va la mariposa, la gente no se sabe qué hacer con esas instalaciones”, de tal forma, resulta claro que el beneficio económico no justifica la inversión mientras no se logre ofrecer paquetes atractivos que mantengan un turismo constante.
“No digo que los proyectos no funcionan, sino que son sobredimensionados porque no se obtiene la utilidad esperara y en eso tenemos que ser muy cuidadosos, toda vez que una buena porción de los visitantes no dejan dinero, ya que vienen con lunch, guías, camisetas en tour, y todo el esfuerzo que hacen los habitantes locales se queda sólo en eso”; de acuerdo con tales referencias emitidas por el titular de la reserva, el perfil del turista que visita el estado de Michoacán (Perfitur) del Tecnológico de Monterrey revela que sólo 69.9 por ciento de los turistas que arribaron a observar el fenómeno mariposa pernoctaron en la región, esto es Zitácuaro, Hidalgo, Maravatío, y en menor grado Ocampo y Angangueo, a pesar de que en ellos se localizan las colonias más grandes; sin embargo, el hospedaje está representado principalmente por las casas de campaña y seguidos sólo por una noche en hoteles, pues los turistas quieren vivir una experiencia relativa al campismo debido a las condiciones geográficas y el entorno natural del lugar.

Esta cuestión ha sido poco analizada y explotada tanto por los gobiernos como por los ejidatarios, quienes pretenden construir hoteles, cabañas y restaurantes, sin tomar en consideración que el rango de edad predominante de los visitantes es de 25 a 44 años y el siguiente de 15 a 24 años, con lo que se deduce que tres cuartas partes de los visitantes son jóvenes y por lo tanto se encuentran en busca de experiencias diferentes. Asimismo, tampoco han tomado en consideración el impacto ecológico que representa la apertura de un santuario como el de San Andrés y otros, en el sentido de que se podría sobrepasar la capacidad de carga por la cercanía con la ciudad de Zitácuaro (cinco minutos), mayores emisiones de carbono, basura, entre otros.

Y es que a principios de los años 90 se comenzó a incrementar la apertura de santuarios en diversos municipios además de El Rosario (Ocampo) y Sierra Chincua (Angangueo), como lo son El Calabozo (Senguio), Las Palomas (Maravatío), el cerro de Altamirano (Contepec), entre otros que sin contar con la anuencia por parte Semarnat han puesto en riesgo el hábitat del lepidóptero, y con los que se miminiza la riqueza cultural de la región que aún no se han sabido o querido explotar, tal es el caso del corredor turístico presas Pucuato, Sabaneta y Mata de Pinos en el Ayuntamiento de Hidalgo, la comunidad indígena otomí de San Felipe de los Alzati, las pirámides de Zirahuato de los Bernal, en Zitácuaro; el Pueblo Mágico de Tlalpujahua; los paisajes boscosos de Senguio, Áporo e Irimbo; la Ruta de la Salud en Jungapeo y la presa de Tepuxtepec en Contepec, sin contar con su gastronomía, artesanía y tradiciones.

“El efecto de la mariposa ha opacado a las demás actividades productivas, y todos somos culpables de ello, pues cuando se descubre el fenómeno de migración y los sitios de hibernación fue una noticia impactante, más aún cuando se decretó la zona como área de conservación, de repente la gente tiene ya en qué trabajar y al gobierno se le ocurre como alternativa única decir que la mariposa puede ser un detonante económico, y de ahí parte el país y Festival de la Monarca, pero cuándo se ha establecido el festival de la cultura otomí o mazahua, cuando de la belleza paisajista de la región, no tenemos que centrarnos en la visión reduccionista de la mariposa Monarca porque el turismo va a mostrar sus limitantes, sobre todo durante esta crisis”, concluyó Rosendo Antonio Caro.