domingo, 20 de diciembre de 2009

CAMBIO CLIMATICO


Desde hace tiempo comenzamos a escuchar comentarios sobre el calentamiento de la Tierra, donde distintos especialistas y científicos pronosticaban que los fenómenos naturales serían de grandes dimensiones: que el agua se iría terminando poco a poco, que las sequías se prolongarían al igual que la temporada de calor; que las lluvias aumentarían o irían disminuyendo en diferentes zonas. Que ese mismo calentamiento provocaría el descongelamiento de las capas polares, entre otros.
Sin embargo, hoy en día nos damos cuenta que todos esos sucesos se han ido acercando y cada vez son más tangibles. Recordemos que el 2005 fue catalogado como el más caluroso en la historia moderna, lo que nos impulsa a mirar atrás y hacer algo para detener los daños y abusos que estamos cometiendo a nuestro planeta, nuestra casa.
El cambio climático es la principal preocupación de la humanidad; sin embargo, para atenderlo primero debemos entender qué es y qué lo origina.
El Cambio Climático, según los expertos
De acuerdo a las aportaciones de especialistas en el tema, se ha podido definir al cambio climático como “el aumento de la temperatura superficial del planeta“(1), el cual es originado por las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, producidos básicamente por las actividades del hombre. Entre las que se encuentran la generación de contaminantes de las fábricas y autos; el uso de petróleo, gas natural o carbón, gasolinas y la quema y pérdida de bosques son las principales fuentes de este problema.
Al aumentar la concentración de los llamados GEI como bióxido de carbono o el metano, aumenta la cantidad de energía atrapada en la atmósfera, con lo que la temperatura del planeta tiende a subir. De continuar las emisiones de esos contaminantes, el planeta se seguirá calentando (2).
Y se considera como calentamiento global, “la manifestación más evidente del cambio climático y se refiere al incremento promedio de las temperaturas terrestres y marinas globales”(3).
“Hasta antes de la Revolución Industrial, la atmósfera terrestre estaba compuesta por 78% nitrógeno (N2), 21% oxígeno (O2), 0.9% Argón (Ar), trazas de otros gases y sólo 0.03% bióxido de carbono. El CO2 es el más importante de los GEI después del vapor de agua, ya que el efecto invernadero de la atmósfera terrestre es muy sensible a sus concentraciones, no obstante tan pequeñas”(4).
El efecto invernadero es la capacidad que tiene la atmósfera de retener la energía (el calor) que la superficie del planeta emite hacia el espacio después de calentarse con radiación solar.